El castillo de Sully-sur-Loir es una auténtica fortaleza, con sus torres, su torreón, su camino de ronda y sus fosos. Fue edificado en el siglo XIV, y sirvió de residencia a los duques de Sully. En su interior, el visitante podrá contemplar cuadros y tapices, así como una magnífica carpintería del siglo XIV.

Alrededor del castillo, un agradable parque con árboles invita al visitante a pasear.

El tercer fin de semana de mayo, el castillo y el parque acogen Las Horas Medievales, una fiesta medieval.

En el mes de junio, en Sully-sur-Loire se celebra un importante festival internacional de música clásica.

La pequeña ciudad de Saint-Benoît-sur-Loire es conocida por su abadía benedictina: la abadía de Fleury, fundada en el VII siglo. Su basílica constituye una extraordinaria muestra del arte románico. Para mayor disfrute de los amantes de la arquitectura religiosa, el campanario-porche alberga unos magníficos capiteles esculpidos. El extraordinario coro románico también despierta la admiración. La cripta del siglo XI guarda las reliquias de San Benito.

El pueblo de Germigny-des-Prés posee una de las iglesias más antiguas de Francia: el oratorio carolingio. Este edificio guarda además un espléndido mosaico bizantino del siglo IX que representa el Arca de la Alianza.

Dominando majestuosamente el Loira, se levanta el castillo de Gien, una construcción de ladrillo y piedra que alberga el Museo Internacional de la Caza. Este museo reúne colecciones dedicadas a la caza y al arte animalístico que incluyen pinturas, cerámicas, tapices, trofeos o botones de montería.

Gien también posee una larga tradición en la fabricación de loza. El museo de la Loza, instalado en una antigua bodega del castillo, presenta una magnífica colección de loza fina. Este lugar también acoge exposiciones temporales.

Con una superficie de 35.000 hectáreas, el bosque de Orléans es el mayor bosque patrimonial de Francia. Este territorio está surcado por un gran número de senderos, y comprende tres macizos, que son los de Orleans, Ingrannes y Lorris.

Cerca de Combreux, en un entorno apacible y verde, se encuentra el estanque del Valle, lugar propicio para pescar, bañarse o practicar el windsurf.

Orgullo del país de Berry, la villa de Aubigny-sur-Nère conserva diversos tesoros de su rico pasado, de lo que dan testimonio sus casas con entramado. Estas casas con entramado de madera, algunas de las cuales se remontan al siglo XVI, hacen juego con los edificios de piedra. Entre las más famosas está la casa del Alguacil, situada en la calle de Bourg-Coutant. Posee unos extraordinarios pilares esculpidos y un medallón con la efigie del rey Carlos VII. Por otra parte, la casa Francisco l, situada en la esquina de la calle de la iglesia, cuenta con unas bonitas ventanas esculpidas.

Además de este emblema de Albi, el pueblo conserva las huellas de su pasado escocés. Después de una alianza durante la guerra de los Cien años, Aubigny-sur-Nère fue entregada a Escocia por el rey de Francia a principios del siglo XVI. Esto le valió el nombre de Villa de los Estuardos, en alusión al jefe del ejército escocés. ¡Anímese a dar una vuelta por el castillo del mismo nombre! Podrá contemplar algunos de sus tesoros, como el pabellón de entrada, con sus torrecillas en voladizo y un porche en cuya dovela central están representadas las armas de Roberto Estuardo. En su interior, se pueden ver otras joyas, como un sorprendente techo de madera que semeja a un casco de barco invertido.

Si visita Aubigny-sur-Nère en el mes de julio, no se pierda las fiestas franco-escocesas, que ponen de relieve las dos culturas. ¡Podrá asistir a desfiles con trajes de época al son de las cornamusas y a diferentes actividades!

El encantador castillo de La Bussière, llamado castillo de los Pescadores, está rodeado de agua y alberga una colección de obras de arte sobre la pesca de agua dulce.

La visita de este lugar también incluye unos maravillosos jardines que invitan a la ensoñación: parque a la francesa diseñado por Le Nôtre; huerto del siglo XVIII con plantas, frutas y verduras antiguas; paseo por la orilla del estanque... Los niños tampoco se pueden quejar, ya que cuentan con un circuito de las cabañas, dos laberintos y juegos de madera gigantes.

Al sur de Orléans se encuentra el parque Floral de la Source. Las 35 hectáreas de este fabuloso parque paisajístico albergan maravillosos jardines temáticos.

Así, se puede pasear por el jardín de dalias, la huerta extraordinaria, el cuadro de iris, la rosaleda del Espejo enfrente del castillo, y descubrir el manantial del Loirat, la gran pajarera o el invernadero con mariposas exóticas. ¡Verdaderamente fascinante!

En el mes de septiembre se celebra el Salón de la Rosa.

En Nogent-sur-Vernisson, se encuentra el Arboretum Nacional de Les Barres, Sus 35 hectáreas albergan 2500 especies de árboles y arbustos originarios de los cinco continentes del planeta. El parque cuenta con tres senderos bien señalizados que permiten descubrir estas especies extraordinarias.

El puente-canal de Briare, con sus 662 metros de longitud, fue construido entre 1890 y 1896 para conectar el canal lateral del Loira con el canal de Briare, atravesando el Loira. Esta magnífica obra de ingeniería es el mayor puente-canal metálico de Francia. Los amantes de la navegación y los viajeros quedarán seducidos por esta vía navegable rodeada de aceras y elegantes faroles que ofrece una hermosa vista del Loira y de sus riberas.

En el corazón de Sologne se levanta el castillo de La Ferté-Saint-Aubin. Aquí, al visitante puede recorrer libremente las quince habitaciones amuebladas, las grandes cocinas, en las que se ofrecen degustaciones de magdalenas con miel, y las caballerizas, que albergan caballos de doma.

El enorme parque de 40 hectáreas invita a pasear y contemplar una estación reconstruida de los años 30, una isla encantada para los niños y un parque de animales.

Montargis, la llamada Venecia de Gâtinais, invita al viajero a realizar el circuito de los Puentes, para poder contemplar bien los canales, los 17 puentes de la ciudad y las bonitas casas al borde del agua.

Además, merece la pena visitar el museo Girodet, que guarda colecciones de pintura, dibujos y escultura, y el museo de Gâtinais, donde se exponen objetos prehistóricos y de la época galorromana.

Los golosos podrán saborear la famosa especialidad local: las praslines de Montargis, deliciosas almendras tostadas y caramelizadas.

Instalado en un entorno agradable, a las puertas de Puisaye, en Borgoña, el pueblo de Rogny-les-Sept-Écluses alberga en su territorio una bellísima obra de ingeniería edificada en el siglo XVII en el canal de Briare: una impresionante escala de esclusas, actualmente incluida en los monumentos históricos, que funcionó de 1642 a 1880. Para su construcción hubo que recurrir a todo el ingenio de sus creadores para permitir que el canal franquease la colina con el fin de unir al Loira con el Sena a través del valle del Loing. ¡La proeza técnica requirió que 12 000 hombres excavaran el relieve en un terreno pantanoso! Desde lo alto de estas siete esclusas, a 24 metros del suelo, se puede disfrutar de una vista incomparable del pueblo. Y desde abajo, contemplar la majestuosidad del sitio... Cada año, a finales de julio, se iluminan con motivo de un magnífico espectáculo pirotécnico que atrae a un gran número de espectadores.

Además de esta obra típica que imprime el sello del lugar, también merece la pena ver los puentes y pasarelas de Rogny, que atraviesan el Loing y el canal de Briare, pasear por su puertecito o visitar su iglesia románica y su lavadero. Esta preciosa localidad, que tiene una base náutica, cuenta con muchos atractivos naturales, por lo que el visitante podrá decantarse por el senderismo o por el paseo en barco.

Ubicado en la hondonada del bosque de Ivoy, en Oizon (Cher), el elegante castillo de La Verrerie es uno de los más antiguos de Berry. En torno a 1495, la familia Estuardo de Escocia emprendió la ampliación de la vieja finca para convertirla en una mansión de recreo. Declarada en la actualidad monumento histórico, esta joya del Renacimiento se refleja en un precioso estanque rodeado de vegetación.

Numerosos atractivos llaman la atención en el castillo, como el gran salón del siglo XIX, cuyas paredes están adornadas con retratos que inmortalizan a los antiguos propietarios. La capilla del siglo XV también merece verse, ya que en sus paredes conserva las huellas de la familia Estuardo, con una bóveda estrellada repleta de medallones con su efigie.

Tampoco deje de ver la galería jalonada de columnas y arcadas, decorada con arabescos, guirnaldas y follaje. Después, encamínese al parque, con sus 40 hectáreas de superficie, donde podrá pasear entre árboles centenarios.

El espléndido castillo de Chamerolles, enclavado en Chilleurs-aux-Bois, fue edificado en el siglo XVI por Lanzarote I del Lago, y hoy en día alberga un museo-paseo de los Olores y Perfumes. Este lugar permite descubrir el mundo del perfume, su historia y su evolución a lo largo del tiempo.

Sus preciosos jardines renacentistas son un remanso de paz que invita a pasear.

Sologne es un territorio salvaje y tranquilo en el que abundan los bosques de caza y los estanques, para mayor disfrute de senderistas, pescadores y cazadores. ¡El país de Sologne cuenta con más de 2.800 estanques! Además de sus bellos paisajes, Sologne también invita a los viajeros a descubrir bonitos pueblos, como el de Chaumont-sur-Tharonne, con sus típicas casas de ladrillo. El pueblo de Souvigny-en-Sologne también merece una escapada, sobre todo por su encantadora iglesia con sillas caquetoir (en forma de U).

Los golosos y amantes de la pastelería tienen una cita en la pequeña ciudad de Lamotte-Beuvron, cuna de la famosa tarta tatin. ¡Que aproveche!

La ciudad de Romorantin-Lanthenay constituye por sí sola una etapa ineludible, en la que destaca el museo de Sologne.

El castillo de Moulin, la llamada perla de Sologne, enclavado en Lassay-sur-Croisne, el Dominio de Le Ciran, en Ménestreau-en-Villette, dedicado a la fauna y la flora de Sologne, y el elegante castillo de La Ferté-Saint-Aubin figuran entre los lugares que no hay que perderse.

Por último, la Casa de los Estanques, en Saint-Viâtre, permite comprender mejor la existencia de los estanques de Sologne. En este espacio se explica la historia, la fauna y la flora, el funcionamiento y el mantenimiento de los estanques de Sologne.