La Rochelle, prefectura de Charente Marítimo, ha sabido realzar sus numerosos atractivos para que el visitante caiga seducido. El barrio del Puerto Viejo, el más característico de la ciudad, ha inspirado a muchos pintores y fotógrafos. Sus tres torres, declaradas monumentos históricos en 1879, son vestigios de las fortificaciones medievales. La torre de la Linterna, también llamada "de los Cuatro Sargentos" (siglo XV), sirvió de faro antes de convertirse en prisión. Hugonotes, corsarios y marinos extranjeros grabaron en la piedra de sus muros cerca de 600 grafitis. ¡Desde lo alto, se disfruta de una preciosa panorámica de la ciudad y la rada!
Las otras dos torres, construidas a finales del siglo XIV, han garantizado la defensa del puerto durante cinco siglos. La torre más alta, la de San Nicolás, se eleva a 42 metros y ofrece una vista impresionante desde el camino de ronda. La torre de la Cadena, que cerraba el acceso del canal a los barcos, está conectada a la torre de la Linterna por una cortina. La puerta del Gran Reloj, rematada por un campanario, fue añadida en el siglo XV a la muralla que protegía la villa.
La Rochelle alberga muchos más tesoros arquitectónicos que se pueden descubrir paseando por las calles de la ciudad. Palacetes, bellas mansiones renacentistas y casas con entramado de madera cautivan al visitante con su refinamiento y su elegancia. En el centro urbano peatonal hay muchas tiendas con un sello indiscutible que animan las calles porticadas.
El ayuntamiento de La Rochelle es una de las joyas arquitectónicas de la villa, y está incluido en los monumentos históricos. Su cuerpo principal renacentista (siglos XV y XVI) cuenta con una parte amurallada de estilo gótico flamígero. Posee numerosos adornos: columnas corintias, gárgolas, loza, torre almenada, etc.
¡La ciudad cuenta con un gran número de museos para todos los gustos! El museo Marítimo le invita a visitar una antigua fragata meteorológica y un pesquero de arrastre. El truculento museo de los Autómatas y de los modelos reducidos expone una colección única de más de 300 autómatas en movimiento, una reproducción sorprendente del ambiente de un barrio de Montmartre en 1900 y muchas maquetas y modelos reducidos. En el prestigioso marco de un palacete del siglo XVIII, el museo del Nuevo Mundo traza la historia de las relaciones entre Francia y las Américas. Por otra parte, el magnífico museo de Historia Natural está dedicado a los apasionados de la naturaleza, la etnología, las ciencias y los viajes. También se puede visitar el museo de Bellas Artes o el museo de Orbigny-Bernon, donde se exponen colecciones de loza, grabados y pinturas.
Cerca del Puerto Viejo, el acuario de La Rochelle, uno de los más visitados de Francia, permite a los aficionados al mundo marino descubrir la fauna y la flora de todos los océanos del mundo. También se puede pasear por el puerto de recreo de Les Minimes, que atrae a navegantes de todo el mundo, o disfrutar de la arena fina de alguna de las tres playas: la Concurrence, les Minimes o l'Houmeau.
La cultura también destaca en La Rochelle, donde se celebran una gran variedad de eventos: la Semana Internacional de la Vela, en mayo-junio; el Festival Internacional de Cine de La Rochelle, en junio-julio; el Salón Náutico Internacional a flote del Grand Pavois, en septiembre-octubre; o La Rochelle Jazz Festival, en octubre. ¡En cuanto al festival musical de las Francofolies, en el mes de julio, es una referencia imprescindible de la canción francófona desde 1985!