Declarada patrimonio mundial de la UNESCO bajo la denominación de las fortificaciones de Vauban, el pueblo fortificado de Villefranche-de-Conflent está emplazado en la confluencia del Têt, el Cady y el Rotja, al pie del macizo del Canigó. Fundado a finales del siglo XI por un conde de Cerdaña, para proteger los valles de las invasiones, fue reforzado por Vauban en el siglo XVII, después del tratado de los Pirineos de 1659, para garantizar su defensa y la de Conflent.
Rodeada de sólida fortificaciones, la villa medieval de Villefranche-de-Conflent también figura en la lista de los pueblos más bellos de Francia. Los visitantes apasionados por las piedras antiguas podrán descubrir su patrimonio histórico: las murallas perforadas por puertas fortificadas; la pintoresca calle de San Juan, con fachadas de casas inscritas en el inventario de Monumentos Históricos; el puente de San Pedro sobre el Têt; la torre-campanario del Ayuntamiento; la iglesia de Santiago con su bella portada esculpida en mármol rosa del siglo XII... Galerías de arte, tiendas de recuerdos y puestos de artesanía local completan el recorrido para mayor disfrute de los aficionados a las compras.
En lo alto de Villefranche-de-Conflent se distingue la silueta del fuerte Libéria, centinela colgado que domina majestuosamente la villa medieval y la confluencia de los tres valles. Este monumento extraordinario, con sus caminos de ronda, fue construido por Vauban en 1681 y fortificado en el siglo XIX, en la época de Napoleón III. Una escalera subterránea (llamada de los "mil peldaños", aunque solo tenga 734), une el fuerte con la villa de Villefranche-de-Conflent. Aparte del acceso a pie, para los más animosos, al fuerte Libéria también se puede llegar en un servicio regular 4x4 que sale del pueblo.
No perderse el paseo en el tren amarillo, con salida de Villefranche-de-Conflent, para realizar una fabulosa escapada a las mesetas elevadas de Cerdaña