La Ciudad del Vino, en Bordeaux, es un espacio cultural dedicado al patrimonio vinícola, punta de lanza de la región de Burdeos. Buque insignia del enoturismo desde 2016, el museo abarca 13350 m² repartidos a lo largo de 10 niveles. Su arquitectura es una curiosidad en sí misma, por la redondez exterior, la bóveda de madera y la aguja de 55 metros de altura, que revela su presencia en los alrededores.

En el segundo piso del edificio el recorrido permanente, corazón de la Ciudad, supone un verdadero viaje iniciático al mundo del vino. Alrededor de veinte espacios temáticos, realizados a partir de entrevistas con expertos cualificados y comentados por una herramienta digital, facilitan una visita interactiva llena de hallazgos. ¡El vino se muestra en todas sus dimensiones a través de siglos, países y culturas del mundo entero!

En el primer piso de la Ciudad del Vino varias exposiciones temporales, en una superficie de 700 m², acogen obras de arte provenientes de prestigiosos museos o colecciones privadas. El mirador ubicado en el octavo piso, a 35 metros de altura, le ofrecerá, además de unas magníficas vistas de Burdeos y sus alrededores, una experiencia sensorial única gracias a la cata de vinos de todo el mundo. Otro punto destacado del lugar, el Jardín salvaje, diseñado en un área de la REd Natura 2000, es un enlace entre la Ciudad del Vino, el Garona y la vid.

Conocida en todo el mundo por sus famosos viñedos, la capital de Nueva Aquitania también tiene un prestigioso patrimonio construido. Joya del siglo XVIII, la ciudad de Arte e Historia de Bordeaux, clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2007, lleva a sus visitantes a la Ilustración. Un conjunto urbano y arquitectónico de lo más destacable para apreciar el tiempo de un paseo de descubrimiento por sus muelles del Garona, sus elegantes calles y sus plazas monumentales. Entre los lugares de visita obligada heredados de este período se encuentran la bulliciosa Place de la Comédie, con su Grand Théâtre neoclásico decorado con majestuosas columnas corintias, la Place de la Bourse con su Fuente de las Tres Gracias, o los callejones de Tourny.

Pasear por el centro histórico también significa ir a conocer el Bordeaux medieval: la Catedral de Saint-André con portales tallados, el coro gótico y la tribuna de órgano renacentista, la imponente puerta de Cailhau dedicada a Carlos VIII, la iglesia de Sainte-Croix con su fachada tallada en estilo románico de Saintongeais, o la Porte de la Grosse Cloche, campanario del antiguo ayuntamiento, son todos testimonios de esto. Campanario aislado de la Catedral de Saint-André, la torre Pey Berland del siglo XV ofrece desde su cima un maravilloso panorama de los tejados y campanarios de la ciudad. ¡Una vista que todavía se merece solo después de subir los 231 escalones de la estrecha escalera de caracol! No muy lejos de esta joya del gótico extravagante se extiende la famosa calle peatonal Sainte-Catherine, una larga arteria comercial apreciada por los entusiastas de las compras, que conecta la Place de la Victoire con la Place de la Comédie.

Los amantes del jardín preferirán las orillas del Garona donde se extiende a ambos lados del espléndido espejo de agua el muy bonito Jardín de las Luces. Con una hermosa vista del río y el distrito de Bastide en la orilla derecha, este vasto espacio con senderos peatonales y macizos de flores está salpicado por muchas farolas que se iluminan de una manera mágica tan pronto como cae la noche. Los caminantes pueden continuar su caminata hacia la enorme explanada de quinconces donde se encuentran a un lado las dos columnas rostrales, y al otro el ilustre monumento a los Girondins construido a finales del siglo XIX en memoria de los diputados girondinos víctimas del Terror. Clasificado como Monumento Histórico, este último consta de dos piscinas decoradas con caballitos de mar de bronce y una columna de 43 metros de altura en cuya parte superior culmina una Estatua de la Libertad rompiendo sus cadenas. A pocas calles se encuentra el jardín público, un parque de estilo inglés de 10 hectáreas popular entre los cochecitos y corredores, que alberga un jardín botánico, una biblioteca y un museo de historia natural.

La Ciudad de la Luz es también un destino de elección para los visitantes sedientos de cultura: Museo de Aquitania, dedicado a la historia de Bordeaux y Aquitania desde la Prehistoria hasta nuestros días; Museo de Bellas Artes con colecciones de pinturas y esculturas que van desde el siglo XV hasta el XX; Museo de Artes Decorativas que alberga cerámica, muebles, pinturas y grabados; Museo Nacional de Aduanas, dedicado a la historia de las aduanas en Francia; Museo de Historia Natural con colecciones zoológicas, mineralógicas y paleontológicas; Museo de Arte Contemporáneo, cuyas obras tienen lugar en el antiguo almacén de Lainé.

Por último, los gourmets no dejarán Bordeaux sin haber probado los famosos canelés, estos deliciosos cupcakes perfumados con ron y vainilla que se pueden disfrutar acompañados de una taza de té o café...

A finales de junio, las orillas del Garona están jubilosas en el momento de uno de los dos eventos emblemáticos de la ciudad que son "Bordeaux celebra el río" en años impares y "Bordeaux celebra el vino" en años pares. En el programa: conciertos, espectáculos, fuegos artificiales, ¡así como muchas animaciones!

Para descubrir la historia de Bordeaux y su región, hay que visitar el Museo de Aquitania, situado en el Cours Pasteur de la capital girondina. A este museo están vinculados el Centro Jean Moulin, centro nacional de la Resistencia, y el Museo Goupil (dinastía de editores de arte internacionales), al que solo tienen acceso los estudiantes y los investigadores.

El Museo de Aquitania reúne colecciones de gran valor, de la prehistoria a la época contemporánea. Entre sus principales obras están la Venus de Laussel (25 000 años a. J. C.), el tesoro de Pauilhac (3500 años a. J. C.), el cenotafio de Montaigne (finales del siglo XVI), "les Hérétiques", dibujos de Auguste Rodin, etc.

Se pueden elegir las visitas libres, con audioguía o comentadas.

El Centro Jean Moulin, por su parte, reúne un centro de documentación sobre la Segunda Guerra Mundial y un museo dedicado a la historia de la Resistencia, la Deportación y las Fuerzas Francesas Libres.

Antigua propiedad de la familia de Albret y del rey Enrique IV, el castillo de Vayres, (siglos XIV, XVI y XVII) domina majestuosamente el Dordoña. Además de sus maravillosas vistas sobre el famoso río, el dominio de Vayres puede enorgullecerse de tener un parque catalogado como Jardín de interés. Los elegantes jardines franceses, el jardín floral de inspiración medieval y el paseo del molino hacen de este un lugar encantador ideal para deambular… ¡y también permite que grandes y pequeños se diviertan en una gincana de enigmas al aire libre!

El castillo de Vayres posee una arquitectura medieval, renacentista y clásica, y está declarado monumento histórico. En una visita guiada se pueden contemplar los muchos atractivos que alberga, como la sala de los guardias, el amplio salón, la sala de Enrique IV, la biblioteca o la capilla de los susurros.

En el calendario veraniego sobresalen un festival de capa y espada en julio y varios espectáculos nocturnos con antorchas.

La abadía de La Sauve-Majeure, fundada en 1079, es una obra maestra del arte románico, y está inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en el epígrafe del Camino de Santiago. Esta antigua abadía benedictina, declarada monumento histórico, es muy apreciada por los peregrinos. El interior de la iglesia en ruinas alberga magníficos restos, como los extraordinarios capiteles históricos del coro. Conservados de forma admirable, los detalles esculpidos representan motivos bíblicos, fantásticos o vegetales. El pecado original, Daniel en el foso de los leones, la vida de Sansón, la tentación de Cristo, el sacrificio de Abraham, el martirio de San Juan Bautista o la lucha entre animales fantásticos son algunas de las escenas historiadas que pueden contemplarse en La Sauve-Majeure.

Además de las joyas de la iglesia de la abadía, también descubrimos restos de la sala capitular con sus columnas bajas, algunos vestigios del scriptorium y un muro repleto de ventanales góticos perteneciente al refectorio.

Antes de abandonar el lugar, los más animosos se atreverán a subir los 157 escalones de la torre del campanario. ¡Desde allí se divisa una hermosa vista de la abadía, el pueblo de La Sauve y los paisajes de Entre-Deux-Mers!

Completa la visita un museo lapidario instalado en la antigua capilla del colegio, donde se exhibe una colección de piezas esculpidas procedentes de la abadía.

Una agradable y pintoresca ciudad encaramada a orillas del Dordoña… ¡Venga a descubrir la ciudad de Bourg y los atractivos que le otorgan su encanto! El castillo de la ciudadela, con su museo hipomóvil "En el tiempo de las calesas"; los jardines de estilo francés; la terraza que domina la ciudad baja y los paisajes circundantes; la casa morisca de los siglos XVIII y XVIX; el palacete de la Jurade (siglo XVIII), rematado por un campanile; el mercado y el lavadero del siglo XIX o el puerto fluvial son los monumentos del patrimonio local que merece la pena descubrir.

Entre Bourg y Blaye se extiende, a lo largo de casi diez kilómetros, la famosa cornisa del Gironda. ¡Jalonada de casas de piedra y de viviendas troglodíticas adornadas con flores, esta encantadora ruta también ofrece unas maravillosas vistas del estuario del Gironda!

La bastida portuaria de Libourne, fundada en 1270 por el teniente Roger de Leyburn, está situada en la confluencia del Dordoña y el Isla. De su un rico pasado, vinculado al comercio de la lana, el vino, la sal y la madera, conserva un interesante patrimonio. ¡Una época interesante que se puede explorar a través del apeadero náutico, los muelles, la torre del Gran Puerto y la plaza porticada Abel Surchamp! Esta plaza, grande y elegante, está rodeada por antiguas fachadas, entre las que destaca la del Ayuntamiento (siglo XV, ampliado a finales del XIX). En la segunda planta de este magnífico edificio se encuentra instalado el museo de Bellas Artes, cuyas colecciones se componen de pinturas, esculturas y artes decorativas.

¡Para hacer acopio de productos frescos, la ciudad de Libourne celebra hasta tres mercados semanales, los martes, viernes y domingos por la mañana, en la gran plaza porticada!

Llena de encanto, esta magnífica fortaleza, de forma poligonal y estilo gótico, se refleja con elegancia en las aguas de sus anchos fosos. Un lugar repleto de romanticismo, que cuesta dejar de contemplar, de tanta armonía que desprende el entorno natural…

En el castillo de La Brède nació el 18 de enero de 1689 el ilustre filósofo del Siglo de las Luces Charles Louis de Secondat, llamado Montesquieu. Aquí también residió regularmente, escribiendo parte de su obra El Espíritu de las Leyes. La visita guiada por su habitación y su biblioteca, conservadas como en el siglo XVIII, le trasladarán a la época de Montesquieu…

Situado en el corazón de una zona boscosa de cerca de 150 hectáreas, este remanso de paz puede apreciarse dando un encantador paseo por los jardines franceses e ingleses o por los apacibles sotobosques, lugares de paz y tranquilidad que sirvieron de inspiración al famoso escritor originario de La Brède…

¡Con 600 kilómetros de superficie, 75 kilómetros de longitud y 12 kilómetros de anchura en su desembocadura, el estuario del Gironda es el más grande toda la Europa occidental! Producto de la confluencia de los ríos Dordoña y Garona, este estuario salvaje (que alberga una fauna muy rica) se extiende entre marismas y praderas húmedas, las prestigiosas fincas vitícolas de Médoc y los acantilados calcáreos de Meschers-Sur-Gironde. Para añadir encanto a estos lugares, pintorescas cabañas de pesca con red acentúan la emblemática silueta de las orillas preservadas del estuario…

En este excepcional medio natural comparten espacio las aves salvajes (como la garza cenicienta, la garceta común o la cigüeña blanca) con los peces migratorios (como el esturión, la anguila y la lamprea). ¡El estuario del Gironda también puede presumir de ser el único estuario del mundo que los esturiones europeos remontan para reproducirse!

Para proteger Burdeos de las invasiones marítimas, Vauban, célebre ingeniero militar del rey Luis XIV, ideó un arsenal defensivo con la ciudadela de Blaye, el fuerte Pâthe y el fuerte Médoc, tres lugares que en la actualidad figuran en el Patrimonio Mundial de la UNESCO…

Para desplazarse de una orilla a otra podrá optar por uno de los dos transbordadores que conectan a diario Le Verdon-sur-Mer con Royan y Blaye con Lamarque.

¡Situado en el corazón de uno de los más prestigiosos viñedos de Burdeos, el famoso pueblo de Saint-Émilion, conocido por sus grandes vinos, también puede alardear de tener un patrimonio construido cuando menos notable!

La ciudad medieval, llena de encanto, se alza con orgullo sobre un promontorio rocoso, y hará las delicias de los amantes de las piedras antiguas, que pueden deleitarse vagando por sus empinadas calles jalonadas de casas antiguas. ¡Y si le gustan las panorámicas, no se olvide de subir a la torre del Rey! Desde lo más alto de este imponente torreón del siglo XIII hay una hermosa vista de los tejados y viñedos de Saint-Émilion. Por su parte, los entusiastas de la arquitectura religiosa podrán contemplar el claustro de la iglesia colegiata y sus antiguos panteones, la insólita iglesia monolítica del siglo XI excavada en la roca o el claustro de los Cordeleros, con sus elegantes columnas. ¡En cuanto a los gastrónomos y gourmets, aquí podrán disfrutar de un gran caldo certificado o de los deliciosos macarons elaborados artesanalmente desde 1620!

La imponente ciudadela de Blaye fue diseñada en el siglo XVII por el famoso arquitecto militar Vauban como una auténtica ciudad cerrada para proteger Burdeos de las invasiones marítimas. Se alza con orgullo sobre un promontorio rocoso y domina majestuosamente el estuario del Gironda. ¡Declarada monumento histórico, también está inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en el epígrafe de los Emplazamientos Principales de Vauban! Murallas, puertas fortificadas, cuarteles, una prisión y un polvorín son algunos de los testimonios del sistema defensivo que pueden contemplarse a lo largo del recorrido. ¡Y al mismo tiempo que descubre las fortificaciones de Blaye, también tendrá la oportunidad de contemplar las magníficas vistas del estuario más grande de Europa occidental! Para conocer más a fondo la historia y el patrimonio de Blaye podrá elegir entre visitar el Museo de Arte e Historia del País de Balaye, con sus variadas colecciones, realizar una visita guiada por la ciudadela y sus subterráneos o dar un paseo comentado en un pequeño tren turístico.

Para surtirse de productos frescos diríjase al mercado de Blaye, que se instala todos los miércoles y sábados por la mañana en las alamedas de los Suspiros. Un famoso festival de teatro se celebra cada año a finales de agosto y principios de septiembre en plena ciudadela de Vauban.

Construido a partir de finales del siglo XVI por orden de Jean-Louis de Nogaret de La Valette, favorito del rey Henri III y primer duque de Épernon, el castillo de Cadillac sigue dominando majestuosamente el Garona y la bastida de Cadillac... Tomado y saqueado durante la Revolución Francesa, el edificio se convirtió entre 1818 y 1890 en una prisión femenina de condiciones particularmente duras. Posteriormente, y hasta 1952, albergó un centro educativo para niñas. Declarado monumento histórico, el castillo de Cadillac está abierto al público, y en él descubrirá un pasado marcado por la grandeza y la decadencia.

Durante su visita (guiada o libre) podrá contemplar todas las riquezas que hicieron de este un dominio majestuoso en la época ducal, como los techos pintados, las chimeneas monumentales y los antiguos tapices que decoran de forma magnífica las estancias del castillo.

Antes de irse no deje de dar una vuelta por el jardín francés, actual parque municipal, que rodea con elegancia las fortificaciones de la bastida.

Ubicada a orillas de la famosa Cuenca de Arcachon, la agradable localidad playera de Andernos-les-Bains cautiva tanto a los veraneantes deseosos de baño y relax como a los gourmets amantes de las ostras.

Su famoso muelle, que se extiende a lo largo de más de 230 metros, es uno de los más largos de Francia y ofrece desde su extremo una magnífica vista de los paisajes únicos de la cuenca de Arcachón. ¡Las bonitas playas de arena fina, el club de vela, el casino, los comercios, los restaurantes y el puerto ostrícola (donde puede encontrar un pequeño museo de la ostra y se ofrecen degustaciones de ostras frescas) colmarán todas sus expectativas!

Paseando por la orilla, no deje de ver las ruinas de la villa galorromana del siglo IV, un lugar declarado monumento histórico que se encuentra a los pies de la iglesia de San Eloy...

De la antigua abadía benedictina San Nicolás de Blasimon, construida entre los siglos XII y XIII, han sobrevivido hasta nuestros días una encantadora iglesia, declarada monumento histórico, una torre cuadrada y restos de las dependencias del convento. ¡Mientras descubre este apacible lugar no deje de contemplar la magnífica portada románica con seis arcos de la iglesia, realzada por un gran número de motivos esculpidos!

¡Famoso en el mundo entero por sus prestigiosos vinos, como los de Saint-Estèphe, Margaux, Saint-Émilion, Pomerol o el Sauternes, el viñedo de Burdeos (Bordeaux) -con sus 117 200 hectáreas de vinos, sus más de 8000 castillos y sus cerca de 10 000 viticultores- es el viñedo DOC más grande de Francia! ¡Formado por seis grandes territorios (Médoc, Libournais, Sauternais, Graves, Entre-Deux-Mers y Blayais y Bourgeais), que a su vez se dividen en múltiples denominaciones (como, por ejemplo, saint-estéphe, saint-julien, margaux, moulis-en-médoc o pauillac para la región de Médoc), el viñedo bordelés cuenta con más de 57 denominaciones distintas! Los vinos tintos representan aproximadamente el 80% de la producción, y los principales productos de la vid son el merlot, el cabernet sauvignon y el cabernet franc. El resto de la producción se compone de vinos blancos secos o licorosos, extraídos de las cepas de semillon, sauvignon y muscadelle, así como de vinos rosados, procedentes de las mismas cepas que los vinos tintos.

Numerosos dominios abiertos al público ofrecen visitas a sus bodegas o degustaciones. Es el caso, por ejemplo, de los castillos Siran Margaux, Lanessan, Mouton Rothschild, Lafite Rothschild y Loudenne en Médoc, o los castillos de Yquem y Filhot en Sauternes. Los visitantes gastrónomos podrán ir de castillo en castillo y descubrir los atractivos paisajísticos y arquitectónicos que dan renombre a este vasta territorio.

¡La Médocaine es una gran travesía en bicicleta de montaña enodeportiva que reúne cada año a finales de mayo a miles de personas disfrazadas que recorren las carreteras de Médoc en medio de un ambiente festivo!

Encaramado en un promontorio rocoso, el pueblo de Sainte-Croix-du-Mont domina con orgullo los viñedos bordeleses. El castillo de los siglos XV y XVI, que ahora alberga el Ayuntamiento, ofrece desde su terraza (provista de una mesa de orientación) una gran vista del Valle del Garona, ¡y hasta de los Pirineos en días claros!

En Sainte-Croix-du-Mont, además del castillo de Tastes y sus grandes vistas, puede ver una iglesia que es famosa por su portada del siglo XII, así como un increíble yacimiento geológico compuesto por fósiles de ostras de 22 millones de años de antigüedad…

El municipio de Petit-Palais-et-Cornemps, en Libournais, alberga una formidable muestra del arte románico: la iglesia de San Pedro de Petit-Palais (siglo XII). Declarada Monumento Histórico, conserva una magnífica fachada adornada con un gran número de motivos esculpidos.

Saint-Macaire, en Gironda, es un destino ineludible para los que quieran conocer un rico patrimonio cultural. Esta encantadora ciudad medieval encierra las típicas callejuelas repletas de bonitas casas antiguas. Su excepcional plaza porticada, llamada Mercadiou, está rodeada de residencias medievales con ventanales geminados y mansiones renacentistas decoradas con ventanas con parteluz. Un lugar deliciosamente pintoresco que merece un poco de atención, aunque sólo sea para admirar la magnífica fachada de la antigua parada de postas Enrique IV.

¡La ciudad de Saint-Macaire es especialmente conocida por la plaza Mercadiou, pero también por la iglesia de San Salvador y San Martín, cuyas paredes presentan hermosas pinturas murales! Datan de la época medieval, en concreto, de los siglos XIV y XV. Adornan las bóvedas del coro e ilustran el Apocalipsis y la vida de San Juan. Justo al lado de la iglesia se encuentra el antiguo priorato benedictino de San Salvador, que todavía conserva el ala sur y la columnata de su claustro románico.

Famoso lugar de peregrinaje en Aquitania, la basílica de Verdelais, (siglos XVII a XIX), alberga en su coro barroco la estatua milagrosa en madera policromada de Nuestra Señora de Verdelais (siglo XIV). El edificio contiene también un gran número de exvotos en agradecimiento a los milagros realizados, así como vidrieras que representan escenas históricas del santuario. ¡Y al salir de la basílica no deje de elevar la vista para ver el campanario, rematado por una imponente estatua de cobre dorado de la Virgen!

En Verdelais también podrá visitar el museo de Arte Religioso, ubicado en el antiguo convento de los Celestinos, en el que se exponen exvotos pintados consagrados a Nuestra Señora de Verdelais, maquetas de barcos, mantos de la Virgen y del Niño, así como orfebrería sacra y ornamentos litúrgicas.

En el interior del cementerio de Verdelais, a dos pasos de la basílica, se encuentra la tumba del famoso pintor Henri de Toulouse-Lautrec.

Situado al sureste de la Cuenca de Arcachón, en el municipio de Le Teich, en el Parque Natural Regional de las Landas de Gascuña, este espacio natural protegido de 110 hectáreas alberga un gran número de aves silvestres en sus marismas, lagunas, cañaverales, praderas y plantaciones de bosques. ¡Más de 319 especies, 88 de ellas anidadoras, han sido censadas a lo largo del tiempo! Entre las aves migratorias que aquí hacen escala, citaremos la grulla cenicienta, el chorlito gris, la cigüeñuela común y la avoceta común. Durante el año, también se pueden encontrar especies como la garza cenicienta, la garceta grande, la cigüeña blanca, el gavión atlántico o el tarro blanco.

Abierta al público durante todo el año, la reserva ornitológica pone a disposición de sus visitantes un sendero circular de 6 kilómetros, transitable en 3 o 4 horas y jalonado por cabañas de observación, paneles identificativos y puntos de observación elevados para descubrir el sitio con discreción y velando por la tranquilidad y el bienestar de las aves. Y, para admirar la fauna alada sin perturbarla, es indispensable llevar unos gemelos o unos prismáticos. Además, se ofrecen visitas guiadas y comentadas durante las vacaciones escolares.

Ubicado en el municipio de Mazères, entre Bazas y Langon, en el corazón de la campiña de Gironde, el dominio de Roquetaillade se compone de dos fortalezas declaradas monumentos históricos: un castillo viejo del siglo XII y un castillo nuevo del siglo XIV, habitado por la misma familia desde hace más de 700 años. Flanqueado por un imponente torreón y varias torres redondas, el más reciente fue restaurado de manera espléndida por Viollet-le-Duc. ¡Una decoración única diseñada por el célebre arquitecto del siglo XIX! El comedor, la habitación rosa, la habitación verde o la gran escalera, al igual que los tapices flamencos del gran salón y las monumentales chimeneas renacentistas, son algunas de las joyas que se pueden ver durante una visita guiada. El descubrimiento del lugar prosigue en el exterior, en el parque de los árboles centenarios, donde se alza la encantadora capilla de estilo oriental de San Miguel…

Merece la pena visitar la casa de labranza situada frente al castillo-fortaleza. Alberga un ecomuseo dedicado a la vida rural en el siglo XIX, con decoraciones y herramientas antiguas, un palomar del siglo XII y un horno de pan. También cuenta con animales de granja en vías de extinción.

Castelmoron-d'Albret, el municipio más pequeño de Francia (3,54 hectáreas) puede enorgullecerse de ser un pueblo fortificado lleno de encanto, colgado de un espolón rocoso. Merece la pena pasear por las agradables callejuelas repletas de flores, contemplar las casas antiguas, los restos de sus murallas, el lavadero o la puerta fortificada del pueblo...

El castillo medieval de Villandraut fue construido en el siglo XIV por el papa Clemente V, originario de la región. Rodeado de anchos fosos, torres redondas y un pequeño castillete de entrada, conserva imponentes vestigios que dan testimonio de su pasado de suntuoso palacio-fortaleza. Para descubrir la historia y la arquitectura de este lugar podrá elegir entre una visita guiada o individual.

La fortaleza se anima especialmente el 14 de julio, con la Fiesta de los Locos: ¡combates de caballeros, malabarismo, sainetes, mercado medieval y un espectáculo con fuego le trasladarán de lleno a la época medieval!